Sailing la vida loca, por Irene y Matt
Artículo escrito por
Irene y Matt
(@sailing_la_vida_loca)
Hace once años nos enamoramos en las gélidas aguas del Océano Antártico. Nadamos con pingüinos como si fuera Bondi Beach, y exploramos uno de los lugares más bonitos y remotos en el planeta. A las dos semanas de conocernos, ya habíamos establecido nuestros gustos, esperanzas y sueños y decidimos empezar una vida en común en Aotearoa, Nueva Zelanda; el hogar adoptivo de Matt.
Pero avancemos, porque esto es una historia larga…
Estamos ahora en 2022, hemos vendido casi todas nuestras posesiones: casa, coches, negocios…Todo lo que habíamos adquirido en los últimos 10 años (Irene) – 16 años (Matt) se ha vendido, regalado a amigos, donado a la beneficencia, reciclado o tirado sin consideración.
Todas nuestras mundanas posesiones ahora caben en dos maletas, una bolsa de tablas de surf y una bolsa de kiteboarding.
¿Cuál es nuestro plan? Desde aquellos primeros días en la Antártida, nos dimos cuenta que los dos teníamos una pasión por viajar y compartíamos el sueño de, algún día, navegar por el mundo en un velero.
Pues bien, hemos pasado los últimos 10 años trabajando para conseguirlo y, por fin, estamos a punto de hacerlo realidad.
Acabamos de regresar a Europa para disfrutar una temporada con la familia de Irene (Zaragoza, España) y la de Matt (Cardiff, Wales).
Nueva Zelanda ha sido un lugar fantástico para sobrevivir a la pandemia, pero hemos echado muchísimo de menos nuestras visitas familiares. Desde aquí empezaremos a buscar el barco de nuestros sueños… bueno, para ser más realistas, buscaremos un barco que nos podamos permitir, en el que podamos vivir cómodamente y navegar por el mundo.
Tenemos una tendencia a lanzarnos, a lo loco, a hacer muchas cosas: mudarnos a Nueva Zelanda por amor, adoptar un perro a las dos semanas de vivir juntos, empezar un negocio para poder estar más tiempo juntos, vender todo y comprar un barco…
Es razonable decir que no hacemos las cosas a medias, que no nos asusta dar pasos fuera de nuestra zona de comfort. En esta ocasión, sin embargo, hemos decidido que, en lugar de adquirir el primer yate que nos guste, vamos a pasar un poco de tiempo investigando y, si es posible, navegar en algunos.
Nuestro objetivo es ser tripulantes en el yate de otros marineros durante el próximo año, aproximadamente, mientras ganamos experiencia práctica y, con suerte, encontrar el yate que sea el perfecto hogar para nosotros, posiblemente, durante los próximos diez años! (Así que si alguien que esté leyendo esto, tenga un barco y le gustaría que nos uniéramos a ellos como tripulación… contáctanos! 😉 )
¿Por qué? La gente nos pregunta constantemente: ¿estáis locos? ¿Vais a vender vuestro próspero negocio, todo lo que poseéis, dejar el país al que emigrasteis y donde habéis pasado la mayor parte de vuestra vida adulta… y navegar por el mundo sin un plan concreto? En pocas palabras: sí.
Los dos hemos viajado abundantemente, juntos y por separado, y tenemos una pasión por descubrir nuevos países y culturas, explorar diferentes estilos de vida, comida, gente, todo (no necesariamente en este orden).
A Matt, durante sus tres años y medio viajando como mochilero, la única cosa que le paró fue que estaba cansado de ser tan increíblemente pobre todo el tiempo. Con un poco más de sabiduría y un montón de trabajo duro, nos encontramos ahora en una mejor y más afortunada posición para poder reanudar el sueño de vivir viajando.
Hemos pasado los últimos cuatro meses viajando por la hermosa zona central de la Isla Norte de Nueva Zelanda. Era uno de los pocos sitios de este país que nos faltaba por explorar a fondo y nos lo tomamos como un regalo de despedida de Aotearoa. Este fue el primer paso en nuestra gran reducción de espacio y pertenencias: de una casa con cuatro dormitorios a una caravana. Con nuestras dos labradoras incluidas, obviamente apretujados, pero nos encantó!
Los dos somos adictos a la adrenalina y fanáticos de actividades al aire libre, no importa el qué. Durante la mayor parte de nuestro tiempo en Nueva Zelanda tuvimos la fortuna de hacer surf en algunas de las olas más famosas en sus momentos más idóneos. Hemos hecho kite-surf en algunos lugares remotos y en algunas de las playas más pintorescas que ofrece Nueva Zelanda.
Hemos participado en tantas aventuras como ha sido posible: desde rafting en rápidos, travesías caminando durante 5 días por algunos de los espectaculares parques naturales que ofrece Nueva Zelanda, conducido por espectaculares carreteras por algunas de las partes más inexploradas e intactas de Nueva Zelanda, bañándonos en piscinas naturales de barro caliente y disfrutando de la deliciosa comida tradicional Maori.
Lo hemos disfrutado todo, ¡y mucho! (¡y las perras también!). Hemos conocido a gente estupenda por el camino y nos encantaron sus reacciones cuando compartimos con ellos nuestra historia.
Esto solo es un pequeño fragmento, y una pequeña muestra de lo que está por venir…
En el futuro: sol, mar, surf, cultura, viajes, comida, nuevas relaciones, nuevas experiencias… Esperamos pasar los próximos diez años o más viajando por el mundo en nuestro velero, sin planes ni horarios, solo con un gran apetito por disfrutar y explorar.
Hemos decido bautizar nuestra aventura con el nombre de ‘Sailing la vida loca’.
¡Nos vemos en el agua!
Sigue a Irene y Matt: