Cómo me sentí hace cuatro años | PODCAST
Estoy de celebración. Han pasado cuatro años desde que salí de viaje.
¿Quieres saber cómo fue? Te lo cuento en este capítulo.
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Antes de salir
Yo estaba trabajando en una empresa de pisos turísticos.
Durante mis vacaciones, una noche hablando con mi compañera, le aconsejé dejar el trabajo, ya que no le hacía feliz.
Esa misma noche, horas más tarde, antes de dormirme, a las doce de la noche, abro los ojos y me digo a mí mismo: “No. El que tiene que dejar el trabajo soy yo.”
No me malinterpretéis. Mi trabajo me gustaba. Ese no era el problema.
Sentía la necesidad de vivir viajando y no lo estaba haciendo.
Me daba miedo que llegara el momento en el que ya no pudiera hacerlo.
No quería arrepentirme.
Lo tenía claro. Quería intentarlo.
Llevaba dos años alojando en mi casa a más de 60 personas a través de la plataforma Coachsurfing.
Conocí mucha gente, muchos perfiles diferentes.
Entonces me dije a mí mismo: “¿Por qué ellos sí y yo no?»
El lunes, al volver de vacaciones, le solté la bomba a mi jefe.
Consejo: Rodéate de personas que están haciendo eso que tú quieres hacer. Se te hará más natural/fácil.
29 de junio del año 2018
Me puse una fecha. 29 de junio del año 2018.
Yo daba por hecho que para aquel entonces, la furgoneta estaría terminada.
Pero no fue así.
Se acercaba la fecha y el estrés aumentaba. Quería salir con la furgoneta terminada. O por lo menos, lo más funcional posible.
Mis amigos me decían: “Oye, quédate una semana más y arregla lo que te falte.”
Era un buen consejo.
Un buen consejo que nunca seguí.
Yo sabía que si no me ponía una fecha y la cumplía, lo retrasaría demasiado. Tanto, que igual mi situación cambiaría y no podría irme.
Podría encontrar una excusa, podría ocurrir cualquier cosa que me anclase.
Así que llegó el 29 de junio del año 2018 y salí con la furgoneta sin terminar.
Me daba igual que mi furgoneta no tuviese cortinas o electricidad.
Me daba igual que mi furgoneta fuera un desastre. Yo quería irme.
Junio
Junio fue un mes complicado.
Estaba camperizando una furgoneta camper, algo que nunca había hecho.
Por suerte, tenía la ayuda de un amigo que algo sabía.
Empezó el viaje y el estrés de los días anteriores desapareció.
Ese viernes se me caían las lágrimas. Era un momento INCREÍBLE.
Me daba igual lo que pasase, que yo iba a salir
Salí acompañado en mi viaje en solitario
En ese entonces, había conocido a una chica con la que estaba empezando a salir.
Era difícil empezar una relación así.
Ambos sabíamos que llegaría el día en el que me tendría que marchar.
Por suerte, ella nunca intentó cambiar mis planes.
El 29 de junio no me fui solo, me fui con ella.
Recuerdo que era un viernes.
La idea era pasar el fin de semana juntos y que luego ella se volviese a su casa el domingo para poder trabajar el lunes.
Así fue como salí acompañado en mi viaje en solitario.
Ese fue el motivo por el que empecé a viajar por el sur de Francia, muy despacio, para que el siguiente fin de semana, ella pudiese unirse a mí.
Así empezó un viaje lento y sin fecha de vuelta.
Era todo muy simple, nada que ver con cómo vivo ahora.
Mi PLAN A, B y C
Yo salí con un PLAN A, B y C.
El PLAN A era emprender y ganarme la vida a través de internet.
Había leído La Semana Laboral De Cuatro Horas, un libro que te empuja a ello, a emprender online para vivir viajando.
De alguna manera, ese libro me inspiraba.
Ese era mi PLAN A.
Pero llegar hasta ahí, no iba a ser tan fácil.
Por suerte tenía un PLAN B.
El PLAN B consistía en trabajar online para otra persona, ya sea un particular o una empresa.
Y si esto no funcionaba, tendría el PLAN C.
El PLAN C era trabajar por temporadas, algo que hacían muchos viajeros.
Por suerte, nunca recurrí ni al PLAN B ni al PLAN C.
Ya conocéis la historia.
Trabajar viajando
Durante ese mes de junio, antes de marcharme, yo estaba haciendo un curso presencial del SEO, sobre el posicionamiento en Google.
Ya tenía en mente un nuevo proyecto. Quería crear una web que se llamara dedocevoltios.com
Estaba convencido de que me iba a ganar la vida posicionando páginas web.
No fue así. Además, no me gustaba. Así que lo abandoné.
Creé un blog personal que se llamaba necesitouncambio.com
Necesito Un Cambio ahora es Viajando Simple
Cumplir una meta
Yo tenía una meta.
Quería trabajar viajando.
Y quería hacerlo de forma ininterrumpida, que el dinero no me echase para atrás nunca.
Miro para atrás, ahora viajando con todo tipo de lujos y ganando más de lo que necesito, y digo: «¿soy más feliz que antes?»
La verdad es que NO.
Recuerdo que tenía una motivación tan fuerte por conseguir esa meta, que ese camino me hacía feliz.
Ya no tengo esa meta.
Ya no tengo ninguna meta grande.
Me encanta lo que hago, no me malinterpretéis, pero a veces echo de menos esas sensaciones de aquellos días.
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